lunes, 10 de mayo de 2010

La televisión nos muestra lo que ellos quieren que veamos y no lo que queremos y necesitamos

En la televisión existe una gran aproximación en su acción comunicadora, con lo cual puede entenderse su influencia en la sociedad contemporánea. Esta es: La televisión como medio de comunicación.

Aquí, la
televisión es un medio de comunicación, cabe destacar que deben existir antes diversos elementos para que se cumpla “la comunicación”. Debe existir reciprocidad entre el emisor y el receptor, cosa que en el monopolio televisivo en México no se cumple. Es obvia la existencia de un hablante que informa y un oyente que escucha, pero este oyente debe responder al mensaje, donde de forma reciproca reclame sus intereses y necesidades, criticando o confirmando lo que escucha y ve. No se cumple por la presencia de solo un canal de vías, solo una dirección de flujo, donde el emisor, en este caso los monopolios televisivos de México, median la información, la transforman y manejan a petición y beneficios de otros, la presentan y no permiten el derecho de replica de la sociedad, antes bien, son sólo una audiencia-consumista.

El dúopolio en México, conformado por Televisa y TV Azteca, esta destruyendo y atrofiando la capacidad de abstracción y comprensión de los problemas suscitados en el país, presentando distorsión en la información, manipulación y creaciones beneficiarias del poder político y fáctico. Empobrece, con una programación de entretenimiento, la opinión pública y el reclamo social.

La programación de la televisión es estratégica, es una programación que esos pocos quieren que se vea, responde a intereses empresariales, políticos, económicos, religiosos y no a lo que en teoría deberían responder, a lo social, a las demandas públicas y a las necesidades de ver la verdadera realidad del acontecimiento en el país. Ser un monopolio y tener el poder de informar da muchas ventajas, se puede tener “poder sobre la burocracia, la fuerza armada, los recursos fiscales o de los puertos, carreteras y aeropuertos”, incluso tomar decisiones en momentos electorales. “Los personajes o grupos con poder informal pero real, han tenido especial interés en supervisar e intervenir en el flujo y contenido de la información que llega a los individuos comunes y corrientes”.

La televisión, desde sus inicios en 1950, “se asumió como parte activa del sistema priísta y las órdenes del presidente en turno, esto a cambio de mantenerse como monopolio y se hizo extremadamente funcional al régimen político”. “La información es poder o, más exactamente, es un componente central del mismo, especialmente en el ámbito de lo político”. La lucha por conformar el marco legal en el que se deben desarrollar las actividades de los medios electrónicos de información en México no es sólo una lucha entre grupos e intereses, sino uno de los procesos determinantes de la naturaleza del sistema político y de la sociedad mexicana.

La televisión es el mayor poder fáctico actual. Es la acumulación de poder de un monopolio. Ante esto, urge el “inicio de transformación de un sistema social, que sea una mejor distribución del ingreso y esto podría darse con una sociedad que tenga plena conciencia de que la situación imperante tiene su origen no en acciones de individuos e instituciones concretas que pueden y deben modificarse en un sentido mas democrático”, con dirección, no a una audiencia-consumista, si no a una sociedad receptora y participante.
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Citas: Transformar la televisión para construir el México moderno. Autor: Lorenzo Meyer Costo.

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